13/8/13

EL DOCUMENTAL, donde no podía dejar de estar.



"Rejas, suspiros y llaves", entero, sin cortes, sin restricciones, sin censuras. 70 minutos de pura imaginación no punitiva y compromiso militante.
 
Iñaki Anitua baja conceptos históricos y contextualiza el fenómeno carcelario, siendo -para mí gusto- la persona que más conocimientos criminológicos tiene en la República Argentina.

Gastón Bosio mete pausa antropológica y aporta su experiencia recorriendo las cárceles del país y de Europa. Su formación académica en Argentina, Barcelona, París y la India asegura amplitud y profundización sistemática. 

Azucena Racosta tira frases que te dejan pensando dos años, pocas personas en la Argentina han caminado las cárceles más que ella, su agrupación La Cantora es una de las pocas organizaciones que se auto-define como abolicionista en el país.

Oscar Castelnovo le aporta fibra, garra, combate y efervescencia a la película. "La dictadura nunca se fue de las cárceles argentinas", nos dice en un fragmento, denunciando una realidad que día a día visibiliza -como pocos- a través de la Agencia Rodolfo Walsh.

La Galle aporta corazón, recorrido, calle. Estuvo en Carandiru y en Ezeiza. Militó contra todas y cada una de las estructuras represivas que se les ocurran. Hoy lo sigue haciendo solidarizándose con sus compañeras y compañeros a través del Proyecto Aquelarre.

Cacho Rodríguez "se come la película" y como no podía ser de otra manera "la cierra". Formado en el mítico Centro Universitario de Devoto, aporta teoría sociológica, encierro en carne viva por más de veinte años y "optimismo por necesidad vital" (un combo explosivo).

Mario Juliano, representa toda una rareza. Es juez en lo criminal y se auto-define como abolicionista. Aunque pueda sonar contradictorio su labor política y militante desde la Asociación Pensamiento Penal demuestra que ambas facetas pueden convivir tranquilamente. Su presencia en este proceso es imprescindible.

Como co-realizador (junto con el gran Ezequiel Altamirano), no pude dejar de dar la cara. Sentí la necesidad de ponerle el cuerpo a la batalla y, sin más, me planté frente a la cámara. Quise participar y no me arrepiento de haberlo hecho. Integrar este grupo de ocho entrevistados es para mí, un orgullo del que difícilmente voy a olvidarme. Tenemos al Barcelona F.C. del abolicionismo penal. Insisto. Vale la pena, sentarse y escuchar con atención. Quizás queda mal que lo diga yo. Pero lo digo. Qué pedazo de documental que nos mandamos!! jaja!!!
 
Finalmente, el aporte del Grupo Salvatablas y Sebastián Carrera es impresionante. La cuota de humor, ironía, sarcasmo y expresión artística que no puede faltar en ninguna herramienta de estas características la aportaron ellos. Soberbia actuación y un mensaje clarísimo: la cárcel es un negocio que le conviene a muchos. El abolicionismo penal tiene que ser consciente de esto y multiplicar su templanza, resistencia e inteligencia en la lucha. La tenemos difícil, pero no imposible.
 
Sin Ezequiel Altamirano y Andrea Aguilar, esto no hubiera sido absolutamente nada. Las cámaras, los equipos de edición y los detalles técnicos de la post-producción corren por su cuenta. La sensibilidad estética, el vuelo y la capacidad de diálogo y construcción permanente, también. Aguante OJOTA CON MEDIA.
 
Jamás pensé que ese primer encuentro con Ezequiel en el Imperio de la Pizza de Chacarita iba a terminar de esta manera. El poder de la cerveza y la muzzarella es gigante!!!!

Ahora sí. Los dejo con nuestra película. La primera de muchas. Espero puedan disfrutarla.

Maximiliano Postay